Estando bajo la lluvia, con el cielo completamente gris, con el sabor de su ausencia en sus lágrimas que cubren las gotas que corren por su piel; se toma su tiempo, suspira & se da cuenta cuanto vale su amor para ella.
Como es que la ha enseñado a nacer y morir en su piel; a quererle más que nada o nadie, a saber cosas de la vida que ni el más sabio pudiera haber vivido.
Ella se vuelve enamorar con solo recordarle; con sólo imaginarse sus ojos clavándose en su mirar, regresa el escalofrío que él causaba con tanto desdén, como algo que le causaba placer.
Jamás pensó en lo que se convertiría una noche de placer, jamás creyó que él quedara grabado en cada parte de su piel; se convirtió en vicio, en dulce dolor que anhelaba sentir.
Cada gota que resbalada en su mejilla y acariciaba sus labios, cada lágrima que caía sobre el suelo; era por él... su cuerpo tenía olor a pecado y no podía olvidar el crimen que le hizo cometer. La tormenta era mas fuerte al paso de los minutos, y ella no cesaba su llanto, su dolor;
moría por poder besarle otra vez, por encontrarse con él en aquel motel de mala vida, en su nido.. número 556. Estaba al borde de la locura, la cajetilla de cigarrillos ya estaba vacía & la botella de licor se había terminado.
No tenía nada que hacer ya; quedaba solo ella, la lluvia y su soledad, al menos por un momento que sentía infinito, él le había dado de su droga, ella necesitaba más.
La lluvia paró y ella estaba tirada en el jardín, con la mirada perdida en la nada; y apareció para abrazarle su amor, ese con el que estaba unida por lazos únicos, un anillo y miles de promesas que ella ya había roto. La abrazó sin más, sin preguntar nada, solo la besó en la mejilla y la calmo acariciando su pelo rubio, luego la miró fijamente a los ojos y selló sus labios llenos de mentira con un beso sin sabor, frío.
Pareciera como si él la conociera como la palma de la mano, y así era; la conocía.La amaba como toda niña sueña ser amada, él era el príncipe azul de un cuento de hadas, la respetaba y adoraba hasta en sus momentos malos, era su tesoro, el cielo de sus ojos.
Es así como podía vivir en una mentira, sabiéndolo o no, es así como podía morir y dar la vida por ella sin pensarlo si quiera una vez.
Ella le sonrió con una mirada vacía y triste, le tomó la mano y fueron a la habitación, le compensó todo lo que le ocultaba en la cama, le dio su amor a mala gana. Pero él se sintió vivo otra vez, vivía con los ojos vendados, como un idiota.
No sabía que al llegar al éxtasis, ella no estaría pensando en él; no sabía que su cuerpo ya tenía dueño y no tenía su nombre o apellido.
Ella ya no estaba en sí, dentro de su cuerpo,
era temprano por la mañana, y estando en la cama no paraban de venirse imágenes a su mente de las noches con 'él' . Tenía que huir, correr hacía él, abrazarle; confesarle todo, terminar de una vez por todas la farsa; poder desaparecer.
Comenzaba a parecer loca; ya no encontraba el sentido de nada, a nada si no era junto a él.
Y él estaba tan cerca de ella, que le era más difícil todo, no imaginaba como estaba ella, como sufría en silencio... & él que vivía en pena por haber hecho aquellas locuras, por haber hecho lo que el corazón sentía, por haber engañado. No sabía lo que iba a pasar después.
Ella no sabía que al anochecer no aguantaría más, ni él sabría que moriría...
& su esposo nunca entendería por qué, nunca sabría que ella se quitó la vida aquella noche en su alcoba por desamor, por haber pecado... por su hijo, su amante.
Ella conoció el amor y murió por el.
Como es que la ha enseñado a nacer y morir en su piel; a quererle más que nada o nadie, a saber cosas de la vida que ni el más sabio pudiera haber vivido.
Ella se vuelve enamorar con solo recordarle; con sólo imaginarse sus ojos clavándose en su mirar, regresa el escalofrío que él causaba con tanto desdén, como algo que le causaba placer.
Jamás pensó en lo que se convertiría una noche de placer, jamás creyó que él quedara grabado en cada parte de su piel; se convirtió en vicio, en dulce dolor que anhelaba sentir.
Cada gota que resbalada en su mejilla y acariciaba sus labios, cada lágrima que caía sobre el suelo; era por él... su cuerpo tenía olor a pecado y no podía olvidar el crimen que le hizo cometer. La tormenta era mas fuerte al paso de los minutos, y ella no cesaba su llanto, su dolor;
moría por poder besarle otra vez, por encontrarse con él en aquel motel de mala vida, en su nido.. número 556. Estaba al borde de la locura, la cajetilla de cigarrillos ya estaba vacía & la botella de licor se había terminado.
No tenía nada que hacer ya; quedaba solo ella, la lluvia y su soledad, al menos por un momento que sentía infinito, él le había dado de su droga, ella necesitaba más.
La lluvia paró y ella estaba tirada en el jardín, con la mirada perdida en la nada; y apareció para abrazarle su amor, ese con el que estaba unida por lazos únicos, un anillo y miles de promesas que ella ya había roto. La abrazó sin más, sin preguntar nada, solo la besó en la mejilla y la calmo acariciando su pelo rubio, luego la miró fijamente a los ojos y selló sus labios llenos de mentira con un beso sin sabor, frío.
Pareciera como si él la conociera como la palma de la mano, y así era; la conocía.La amaba como toda niña sueña ser amada, él era el príncipe azul de un cuento de hadas, la respetaba y adoraba hasta en sus momentos malos, era su tesoro, el cielo de sus ojos.
Es así como podía vivir en una mentira, sabiéndolo o no, es así como podía morir y dar la vida por ella sin pensarlo si quiera una vez.
Ella le sonrió con una mirada vacía y triste, le tomó la mano y fueron a la habitación, le compensó todo lo que le ocultaba en la cama, le dio su amor a mala gana. Pero él se sintió vivo otra vez, vivía con los ojos vendados, como un idiota.
No sabía que al llegar al éxtasis, ella no estaría pensando en él; no sabía que su cuerpo ya tenía dueño y no tenía su nombre o apellido.
Ella ya no estaba en sí, dentro de su cuerpo,
era temprano por la mañana, y estando en la cama no paraban de venirse imágenes a su mente de las noches con 'él' . Tenía que huir, correr hacía él, abrazarle; confesarle todo, terminar de una vez por todas la farsa; poder desaparecer.
Comenzaba a parecer loca; ya no encontraba el sentido de nada, a nada si no era junto a él.
Y él estaba tan cerca de ella, que le era más difícil todo, no imaginaba como estaba ella, como sufría en silencio... & él que vivía en pena por haber hecho aquellas locuras, por haber hecho lo que el corazón sentía, por haber engañado. No sabía lo que iba a pasar después.
Ella no sabía que al anochecer no aguantaría más, ni él sabría que moriría...
& su esposo nunca entendería por qué, nunca sabría que ella se quitó la vida aquella noche en su alcoba por desamor, por haber pecado... por su hijo, su amante.
Ella conoció el amor y murió por el.
2 comentarios:
El pensar que muchas veces se esta con alguien y compartes eso tan mágico como es hacer el amor, cuando en realidad estas pensando en la persona a la que en realidad quieres y se convierte en simple 'sexo'.
exacto, y ni es algo tan siquiera que te tranquilize y te saque de la mente a la otra persona.
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